Dos años después retornó al país con su aeronave llamada Guayaquil, un avión tipo Blériot. Con la necesidad de impulsar el camino de la aeronáutica en el país anunció a través del diario El Telégrafo que realizaría un vuelo por los terrenos del Jockey Club con el objetivo de recolectar dinero para adquirir un avión de mayor calidad para realizar vuelos entre provincias.
De ese vuelo se conoció que llegó a una altura de 350 metros antes de que uno de los motores de la aeronave fallara y descendiera. Traversari supo manejar con calma dicha situación aunque el avión quedó destruido y él herido. Después de este episodio el coronel Juan Manuel Lasso inició una colecta para adquirir una nueva aeronave. Traversari continuó en la profesión de la aviación llegando a ser nombrado director de las escuelas de aviación de Quito y Guayaquil.