OTROS PIONEROS DE LA AVIACIÓN NACIONAL ECUATORIANA
Pero no sólo le correspondió la gloria de ser el primer piloto militar ecuatoriano, también tuvo la distinción de haber construido su propio avión al que bautizó en el país con el nombre de “GUAYAQUIL” y con el que realizó exhibiciones de la actividad aérea sobre el puerto principal entre 1919 y 1920, despertando reiteradamente, la curiosidad de las autoridades y toda la ciudadanía. No estuvo exento de sufrir algunos accidentes durante sus presentaciones, por lo que tuvo que emplear toda su experticia para, habiendo colisionado, no morir en medio de su sueño. No faltó quién lo quisiera auspiciar para conseguir un nuevo avión, recibiendo colectas y aportes personales para tal objetivo, pero sin mayores alcances para finiquitar la adquisición.
Quizá, en una especie de suerte por mantener contacto con varias autoridades nacionales y extranjeras, sumados los comerciantes más reconocidos, el entonces dueño del Diario El Telégrafo, don José Abel Castillo concreta con el piloto italiano Elia Liut (excombatiente de la Primera Guerra Mundial), la adquisición de su avión de tipo Hanriot HD.1, con motor rotativo de la casa Le Rhone, que llegaría a Guayaquil, en julio de 1920.
Es destacable, la manera decidida, la audacia y pericia con la que Elia Liut realizó las exhibiciones sobre el campo del Jockey Club de Guayaquil que, luego de efectuar el bautizo del avión, al que se denominó TELÉGRAFO 1, despertó un genuino interés en las autoridades recién electas, de lo que era la aviación y lo que podía llegar a ser en nuestro país; razón más que suficiente, para que, el presidente de la República del Ecuador, doctor José Luis Tamayo, consiguiera del Congreso Nacional, un Decreto para la creación de dos Escuelas de Aviación, una en Guayaquil y tan pronto sea posible, la segunda, en Quito; Decreto que se emitiera aquel 27 DE OCTUBRE DE 1920.
Al crearse en el Ecuador, la Primera Escuela Militar de Aviación, a la que se denominó “El Cóndor”, junto a Cosme Rennella Barbatto, el piloto Elia Liut y el teniente Pedro Traversari formaron parte de ella; justamente, Pedro Traversari fungiría como director, instructor y comandante de escuadrón hasta los años treinta, desarrollando una intensa actividad para dar impulso a la aviación ecuatoriana. Posteriormente, fue asesor de aviación en el Ministerio de la Defensa de la época; además, fue el creador de la primera bomba aérea del país, oficialmente aprobada por el Ministerio de Guerra, Marina y Aviación en 1934 para ser utilizada en los aviones de guerra con el propósito de defender el territorio ecuatoriano en los conflictos limítrofes.
Esta es la razón por la que, cada 27 de octubre, se conmemora la CREACIÓN DE LA AVIACIÓN NACIONAL Y DÍA DE LA FUERZA AÉREA ECUATORIANA.
Referencias bibliográficas:
“Historia de la Aviación Ecuatoriana”, Juan Peña Herrera, 1943
“Fuerza Aérea Ecuatoriana, Historia Ilustrada”, Hugo Idrovo, 1999