El ímpetu y coraje de las damas del aire
El 21 de enero de 2022 después de realizar el vuelo en el avión Cessna T206H, del Ala de Combate Nro. 22, la capitán Johanna Santacruz Beltrán, oficial del Escuadrón de Combate 2211 “Cobras” se graduó como primera piloto instructora en la historia de la Fuerza Aérea Ecuatoriana.
Ella, al igual que muchas mujeres tuvo un sueño que empezó con algo tan simple como un deseo, un pensamiento, para luego plasmarse en un camino lleno de aprendizaje constante y logros que se consiguieron con esfuerzo, coraje y compromiso.
Cuando la capitán Santacruz cursaba la secundaria en su natal Ibarra, en el año 1998 durante un desfile en su ciudad, observó los aviones FAE por primera vez surcando los cielos. En ese momento, quedó encantada y supo que eso era lo que quería hacer. Su padre quien implantó desde muy pequeña el pensamiento de que cualquier cosa es posible si luchas por ella, fue quien escuchó el llamamiento para oficiales de arma y técnicos de la Escuela Superior Militar de Aviación “Cosme Rennella Barbatto” (ESMA), por la radio y enseguida se lo hizo saber a su hija, quien no dudó en realizar el proceso e ingresó a la Fuerza Aérea en el 2006, esto, después de cuatro años de formación daría origen a la primera promoción de pilotos con personal femenino, entre ellas, la subteniente Santacruz.
Para ese entonces, la Fuerza Aérea ya había recibido a las primeras mujeres militares especialistas desde el año 2000, sin embargo, es un hito que Santacruz pertenece a la primera promoción de oficiales mujeres de arma, es decir, preparada para defender la soberanía e integridad territorial con medios de defensa aérea.
Al igual que las primeras oficiales especialistas, la capitán Santacruz vivió la experiencia de ser mujer en “un mundo de hombres”. Una de las características más conocidas dentro de una institución militar es el trato con el que son formados los soldados, firme y fuerte. Recuerda la capitán Santacruz que en alguna ocasión uno de sus colegas militares le dijo que no quería tener un trato muy áspero con las damas, a lo que le respondió que ella quería ser tratada de la misma forma en que tratan al personal masculino y recibir la formación sin ninguna diferencia. Es así como ella y sus compañeras sintieron que formaban parte de una institución que creía en ellas y de igual forma ganaron el respeto de sus iguales y sus superiores.
Durante su formación como alumna en la ESMA, las buenas calificaciones y excelente desempeño militar la llevaron a alcanzar el título de brigadier mayor, la primera en su género, permitiéndole lograr otra meta trazada y la motivaron para conseguir más logros tanto a nivel personal como profesional. “La mujer tiene que esforzarse más para sobresalir en todos los aspectos” afirma cuando comenta lo que representó tener el título de brigadier mayor ya que incluso cambió su tono de voz para acoplarse a ser la voz de mando de su grupo.
La responsabilidad y compromiso le permitieron construir un buen cimiento para las generaciones que vienen más adelante, pues ese es su propósito. Dejar un legado positivo que abra las puertas a que más mujeres sigan destacándose en el ámbito militar. Al graduarse como oficial continuó cosechando logros a nivel profesional, obteniendo las calificaciones como piloto operativo del avión DA20 y piloto operativo del Cessna T206 H. Desde entonces, ejerció de forma permanente en operaciones militares y apoyo en desastres nacionales como el terremoto del 2016 en Manabí (transporte de personal técnico y vituallas), acumulando más de 100 horas al mando durante toda su carrera.
Por su buen desempeño fue considerada como candidata para el curso de piloto instructor el cual aprobó y recibió el título como primera piloto instructora mujer, con el que ahora tiene la responsabilidad de formar a nuevos pilotos, un reto que lo toma con compromiso y dedicación como ha sido durante todos sus años en la Fuerza Aérea.
Al día de hoy se mantiene firme en su objetivo de no solo de transmitir el conocimiento, sino de inculcar la vocación y la preparación para futuros y futuras pilotos, para que se desempeñen con seguridad en las diferentes misiones aéreas que permiten aportar con la población ecuatoriana.
Mensaje para las mujeres
Las cosas más difíciles son las más gratificantes de alcanzar, que no se limiten a seguir lo normal o normado para la mujer sino que sigan sus sueños hasta alcanzarlos, nada es imposible y la fuerza está dentro de ellas. Personalmente trabajaré y me esforzaré en dejar un cimiento para las futuras generaciones de mujeres militares y que en mí encuentren una mano amiga para apoyarles. No se conformen con lo que digan los demás, sino con lo que ustedes saben que son y pueden llegar a ser.
Capt. Johanna Santacruz