“Yo le quedo muy agradecida a la Fuerza Aérea por todo lo que me ha brindado y me ha permitido conocer. Gracias a la institución he podido cumplir metas, sacar adelante a mi familia y conocer mi país.”
María Fernanda Bautista Saltos, secretaria del Departamento de Recursos Humanos nos relata cómo fue el proceso de ingreso a la institución, quien con solo 19 años empezó un camino lleno de aprendizaje y gratificación.
Ella comenta que observó el anuncio en el entonces periódico impreso El Comercio y enseguida se sintió atraída para la postulación. En esa época indica que no existía la tecnología como la actual, por lo que las carpetas las receptaban directamente en el lugar, en este caso en la Comandancia General FAE ubicada en el sector de La Recoleta. Al cabo de unos días la contactaron por llamada telefónica para comunicarle que debía hacer unas pruebas de ingreso y una entrevista, por lo que se preparó académicamente y resultó seleccionada.
“Los primeros días fueron raros” comenta, porque iniciar un trabajo en un régimen militar, rodeada de hombres en su mayoría le resultaba intimidante, sin embargo, con el pasar de los días rápidamente se adaptó y encontró en sus compañeros y compañeras, a grandes amigos quienes le mostraron su respeto desde el primer día. Ella comenta que durante los años que lleva laborando la institución ha conocido varios repartos de la Fuerza Aérea ubicados en varias provincias del país; también ha recibido capacitaciones en varias áreas complementarias a su trabajo y ha tenido la oportunidad de participar de talleres desarrollados en el exterior.
A lo largo de estos 31 años ha laborado en tres departamentos administrativos y ha visto llegar, así como culminar sus años de servicio a un sinnúmero de compañeros, compañeras militares, servidores y trabajadores públicos, quienes han dejado una huella positiva en cada uno de sus puestos de trabajo. “Así como he visto a mis compañeros irse de la institución, un día no tan lejano yo también me jubilaré con mucho gusto y orgullo de haber laborado en la Fuerza Aérea”.
Con gran alegría ella expresa que durante todos estos años maduró tanto en el ámbito profesional como personal, formó a su familia y ha criado a sus dos hijas gracias al fruto de su trabajo diario en la noble institución en la que labora hasta la actualidad, lugar que ha sido un gran respaldo para ella y que se ha sentido como su segundo hogar, ya que tanto compañeros como supervisores y jefes departamentales se han mostrado siempre comprensivos y recíprocos con su compromiso.
María Fernanda es una de las decenas de historias de servidores públicos que han pasado por la Fuerza Aérea y que forjan el camino para los más jóvenes, quienes a diario entregan lo mejor de sí al desempeñar sus actividades con el mismo compromiso de sus antecesores, con la finalidad de apoyar al cumplimiento de la misión institucional desde cada uno de sus puestos de trabajo.