Fuerza Aérea Ecuatoriana

10 DE FEBRERO, DÍA DE LA VICTORIA AÉREA EN EL ALTO CENEPA Y DÍA DE LA AVIACIÓN DE COMBATE

DÍA DE LA VICTORIA AÉREA EN EL ALTO CENEPA Y DÍA DE LA AVIACIÓN DE COMBATE

El 10 de febrero celebramos uno de los hechos más trascendentes de la historia nacional y de las fuerzas armadas, que cambió la visión y destino del ecuador por entero: el triunfo indiscutible e incuestionable en el alto Cenepa en el año de 1995.

El Cenepa es el acontecimiento de mayor gloria de los últimos tiempos, donde surgieron héroes que serán recordados para la posteridad, en especial aquellos que ofrendaron sus vidas, como el capitán Giovanni Calles, el sargento Luis Hernández, el cabo Héctor Pilco y demás soldados que entregaron su sangre, sudor y lágrimas en defensa de la soberanía nacional. 

El 5 de julio de 1941 se presentó un detonante trágico para el Ecuador, con el inicio de la invasión de nuestros territorios con una incursión de tanques blindados en las provincias de el Oro y Loja, apoyados por intensos bombardeos de artillería y de aviación, desembarcos verticales de paracaidistas peruanos en la retaguardia del dispositivo defensivo, que desequilibraron las acciones militares.

Cuatro décadas después, en enero de 1981, los destacamentos ecuatorianos en la Cordillera del Cóndor fueron bombardeados por la aviación peruana. No sirvió de nada la intervención de la diplomacia continental para que se evitara la contienda. Los puestos militares ecuatorianos de Paquisha, Mayaicu y Machinaza fueron finalmente abandonados por sus defenso­res, sin embargo otros países fuera del conflicto, actuaron intermediarios y detuvieron las hostilidades.

En 1987, la construcción del destacamento Pachacútec por tropas del ejército peruano, puso en alerta a la brigada de selva cóndor. En 1991, se provocaría una crisis de alto nivel, al originarse un incidente armado producto de la construcción del destacamento Etza por parte de tropas ecuatorianas, lo que fue impugnado por el Perú, al considerar una violación a su soberanía, solucionándose en lo posterior con el acuerdo del pacto de caballeros.

Iniciadas las tensiones en los primeros días de diciembre de 1994, en la zona limítrofe suroriental, el frente militar con autorización del gobierno, declara la alerta amarilla en todo el territorio y emite las disposiciones al Comando Conjunto de las Fuerzas Armadas, para que como organismo de alto nivel, asuma la responsabilidad de conducir estratégicamente las operaciones militares de guerra, por lo que el teatro de operaciones, conformado para enfrentar el conflicto, tuvo la responsabilidad de la defensa del teatro de operaciones terrestre y en especial de la zona de operaciones del valle del Cenepa y Santiago, donde se focalizó el conflicto; mientras tanto la fuerza aérea y fuerza naval, adoptaron sus dispositivos emitidos en el plan de defensa de la soberanía nacional.

Se estableció el estado de emergencia, decretado a partir del 16 de diciembre de 1994, que movilizó a las fuerzas de tierra, aire y mar a las distintas zonas de operaciones; como también a las reservas que estuvieron listas para su empleo, especialmente en el valle del Cenepa.

La guerra fue inevitable…el 26 de enero de 1995, cuatro equipos de combate de veinte efectivos cada uno, se vieron obli­gados a desalojar a soldados peruanos de un helipuerto que ha­bían construido en territorio ecuatoriano. En esa ocasión la iniciativa y decisión de expulsar a quienes ingresaran a territorio ajeno, precipitaron los acontecimientos. El conflicto se focalizó en la zona de la cordillera del cóndor, particularmente en el alto Cenepa. Los ejércitos y las fuerzas aéreas de los dos países  se involucraron en el conflicto armado, mientras las fuerzas de mar se mantenían en expectante alerta, listas para entrar en acción.

La Fuerza Aérea tuvo un papel sobresaliente al ser el artífice del primer combate aéreo en Sudamérica, demostrando su profesionalismo y excelente capacitación. Un total de 3 aviones de combate y 5 helicópteros peruanos fueron de­rribados por nuestras aeronaves y la artillería antiaérea.

La madrugada del 6 de febrero, aviones Mirage f1 y Kfir c-2 tienen los primeros contactos con el enemigo, durante estos encuentros, aviones Mirage 2000 de la Fuerza Aérea Peruana trataron de interceptar y destruir nuestras aeronaves sin lograr su objetivo.

El 7 de febrero, una escuadrilla de aviones a-37b “dragones” del grupo aéreo “amazonas” de la fuerza aérea ecuatoriana bombardea posiciones enemigas, siendo éste el primer ataque efectuado por la FAE en su historia. Vale la pena recordar que en una de estas acciones, acontece la increíble hazaña del avión a-37b, llamado “Tiwintza”, el mismo que fue alcanzado por un misil antiaéreo enemigo, sufre serias averías y en condiciones sumamente precarias y con grave peligro de las vidas de los tripulantes, es conducido a su base de origen en macas, gracias a la habilidad y pericia de sus bien entrenados y motivados pilotos.

Para el 10 de febrero, a las 12:30 aproximadamente, las escuadrillas “conejos” integrada por el mayor Raúl Banderas Dueñas y capitán Carlos Uscátegui Solís y la escuadrilla “broncos” integrada por el capitán Mauricio Mata Velastegui y teniente Wilfrido Moya Salazar, al recibir la orden de despegue inmediato, alertados por el sistema de defensa aérea, hicieron rugir sus motores rumbo a la gloria.

En pocos minutos tres aviones enemigos habían sido derribados. El júbilo estalló entre aquellos que ven cómo se escribe la historia, los hombres se abrazan, la fuerza aérea se llena de gloria, la patria se enorgullece, el enemigo se retira.

El esfuerzo de pilotos y técnicos, comprometidos con valores superiores, permitió poner a punto las máquinas, para que, entregadas en manos de hombres capaces, pudieran responder con entereza a la amenaza y escribir de esta forma gloriosas páginas de nuestra historia. Esta acción merece ser valorada y recordada en su real magnitud, puesto que, al alcanzar la superioridad aérea, contribuyó al cese definitivo de las hostilidades y fue uno de los factores decisivos en el resultado final del conflicto.

Pero no fue hasta el 26 de octubre de 1998, luego de un largo proceso de negociaciones, cuando se firmó el histórico acuerdo de paz, registrado en la denominada acta presidencial de Brasilia, concluyendo así un largo periodo histórico de tensiones. El Cenepa es un acontecimiento único, que elevó la autoestima de los ecuatorianos, nos unió y marcó para siempre. se constituyó en el cimiento para el desarrollo de un tiempo renovado en las relaciones con la república y hermano pueblo del Perú, naciones que han sanado heridas del pasado, obteniendo en el presente la victoria de la paz, en beneficio de las dos naciones, las cuales hoy están trabajando juntas por el bien y prosperidad de sus pueblos.

Somos una institución que jamás duerme, que siempre brinda su aporte generoso y decidido para que los hermanos ecuatorianos puedan vivir en paz, realizando sus labores con normalidad, porque detrás está una fuerza aérea profesional y comprometida con el país, que cuida de su bienestar y seguridad.

“Cenepa gloria de la patria, ni un paso atrás”, seguirá siendo el grito de un pueblo que marcará nuestro futuro; una frase que nos identifica y sirve de energía motivadora para que las fuerzas armadas sigan siendo la columna vertebral e institución estratégica del estado ecuatoriano.

DIRECCIÓN DE COMUNICACIÓN SOCIAL FAE

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